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Sobre algunos aspectos de Fellini

Donde Fellini no pone como protagonista a un pueblo entero o a una ciudad entera, en todas las películas en las cuales nos cuenta una historia con sus protagonistas se da una peculiar identidad de la historia: parece que siempre nos cuenta lo mismo. Un amor donde un hombre (no) ama a una mujer, expuesto a la multitud de mujeres (un "nómada sexual"), y una mujer que vincula su ser a su amor por aquél hombre. Este es el caso de La strada, donde la mujer casi ni llega a tener atributos de tal y donde Anthony Queen la llora cuando se da cuenta de lo que había tenido. Es el caso con Julieta de lo espíritus, donde todo queda transfigurado por la mente obsesionada de la mujer, aún más distorsionado por cuanto parece que todo aquello ya hace tiempo que pasó y que permanece sólo como obsesión en la mujer abandonada. También es el caso con Ginger y Fred, pero ahora con la perspectiva amable del reencuentro muchos años después.
Aunque ya no es tanto nuestro caso, quizás también Las noches de Cabiria entrarían dentro de nuestro cuadro, donde de algún modo una mujer de la multitud, como una cualquiera, ama o quiere amar, y se enfrenta a la dispersión masculina.
Sería interesante relacionar esta constancia con otras cosas del tipo de la presencia permanente de la memoria y todos sus fantasmas, pervivencias de los muertos, lo tradicional revestido de las nuevas tecnologías, la representación exhibiendo su carácter de tal, las luces y la ilusión como un artificio cutre.
Por lo que parece, el tema es una versión del fenómeno de A une passante, pero visto desde la pareja. Digamos: los atributos de la esposa en el marco de una tecnología sentimental mucho más diversificada. Siempre hay los sentimientos que refluyen al encontrarse con una actualidad muy disolvente. Todo refluye y se agolpa porque quiere acceder a la memoria, pero ahora a un recuerdo que no es el de mi muerte, sino el del shock.

Teorema (1967) de Pasolini

El theōrós es el enviado para consultar un oráculo o asistir a un espectáculo, y este presenciar es la theoría. Aquí se enlaza la visualización de una obra de teatro con las vistas abiertas sobre un problema características de los trabajos filosóficos, en ambos casos con un componente de distancia (ser de fuera cuando se asiste a una fiesta, y no sólo de hecho, sino también por su condición de enviado). En nuestro caso la figura del theōrós contiene también la ambigüedad del the-, que tanto puede remitir a visión (theáomai) como a la divinidad (theós), pero en la película la divinidad no es aquello mirado, sino quien envía. El que llega de fuera es siempre un elemento de poner en relevancia la escena para los propios protagonistas, la condición de representación de la escena, por lo tanto es la irrupción de algo así como nosotros mismos los espectadores en la historia. El hecho de que así quedemos vinculados con el punto de vista del enviado divino es, junto con el desplazamiento del significado de theós en theoría, una muestra de que lo que Pasolini pretende hacer pasar por divinidad es, más bien, algo así como la metafísica, o el ser de lo ente. Vinculado con el significado de theoría está el de teorema como proposición de una cadena demostrativa. Aquí el teorema parece ser la existencia "burguesa", pero la demostración es de hecho un examen que desmonta o "revoluciona" lo analizado. Así, el examen mismo que resulta ser la película es aquello que se plantea a los trabajadores al inicio de la película: deben responder al reto planteado por la crisis de la burguesía que se traduce en una universalización de lo burgués, que es el vacío (sin que haya plenitud en otra parte). La película se plantea como una experiencia del desierto y de la crisis en el mundo industrializado, la cual siempre es mejor que la conciencia amoldada. Que la crisis tenga que ver con el sexo tiene varios sentidos. Uno es que es una forma de vincular lo sobrenatural con el amor sin demasiadas entelequias, otro es que el sexo es de los pocos elementos metafísicos de la existencia normatizada y, finalmente, que con ello se puede mostrar los efectos de una crisis (Histeria, arte, ninfomanía, ascetismo) dentro de un marco bien definido: si decimos la burguesía lo único que hacemos es despertar la impresión de que nosotros estamos en otro lado de lo que así se está criticando (a la vez que se relativiza necesariamente el alcance de cualquier cambio). No hablamos de la burguesía, hablamos de sexo, de Tolstoi, de Rimbaud, de Francis Bacon, de Mozart...